Si bien es imposible saber en esta etapa cuán transformadora será la inteligencia artificial (IA), tanto para la impresión como a nivel general, muchos de los primeros en adoptarla advierten a aquellos que ignoran la IA, o incluso le temen, que controlen su potencial más temprano que tarde para ayudar a sus negocios a prosperar en el futuro.
Sin embargo, la IA no es nada nuevo para la impresión. Esta se ha utilizado de diversas formas, por ejemplo, en tecnologías de flujo de trabajo, durante muchos años. Sin embargo, quizás lo más pertinente en la impresión hayan sido los avances en el aprendizaje automático (ML), que está estrechamente relacionado con la IA. ML es un subconjunto de la IA «que permite automáticamente que una máquina o sistema aprenda y mejore a partir de la experiencia». Esto se ha utilizado, por ejemplo, para predecir el mantenimiento que se requerirá en los equipos o las averías que es probable que ocurran, antes de que sucedan.
Una de las formas en que la IA podría implementarse de forma más destacada en la impresión en un futuro próximo es para el servicio al cliente, es decir, para contestar teléfonos y conversar con los clientes, o para versiones más sofisticadas de chatbots que ya se utilizan ampliamente en muchos sitios web. En lugar de limitarse a proporcionar vías para dirigir las consultas al departamento adecuado, estos sistemas pueden llegar a ser capaces de llevar a cabo conversaciones completas más similares a las interacciones humanas.
Una de las mayores preocupaciones en torno a la IA son los derechos de autor: quién es el propietario de la producción producida por la IA y puede la producción infringir el material protegido por derechos de autor existente. Por el momento, las implicaciones de los derechos de autor no están claras y son objeto de mucho debate, pero al igual que con Internet, es probable que la IA se regule de forma más estricta con el tiempo.
La infracción de los derechos de autor es cada vez más frecuente y, con el panorama tecnológico en constante cambio, las empresas corren el riesgo de tener en cuenta la privacidad y las implicaciones del RGPD, especialmente cuando se imprime en un entorno automatizado de ‘luces apagadas'». Dado que el uso de la IA es cada vez más frecuente en múltiples industrias, es vital que el sector de la impresión siga el ritmo de las tecnologías emergentes e innovadoras.
Si bien puede llevar tiempo para que la IA tenga un gran impacto en el sector, las empresas de impresión pueden beneficiarse de las eficiencias generadas por IA, los procesos optimizados y los tiempos de producción más cortos, pero solo si invierten tiempo en comprender mejor los casos de uso de la IA.
